Actualmente cualquier movimiento económico, incertidumbre política o innovación tiene una repercusión global en las economías de los países y por extensión en el de la ciudadanía. Los factores geopolíticos tienen grandes consecuencia en la económica internacional. Nos encontramos en un entorno volátil, lleno de incertidumbre, complejo, y ambiguo VUCA. Estos movimientos son como grandes olas que nos obligan a surfear, si queremos salir airosos de ellas.
En España, los expertos económicos observan una ralentización de la actividad. Se sigue creciendo a ritmo lento aunque no podemos descuidarnos, es preciso estar pendientes del panorama internacional y de la transformación digital. En el horizonte hay diversos factores capaces de trastocar la economía global y por ende, la española: guerras comerciales, el Brexit, el incremento de la deuda pública de los países desarrollados, el precio del petróleo, entre otros. A ello hay que añadir los cambios que está generando la Sociedad del conocimiento y la Revolución 4.0 en nuestra forma de vida, en la sociedad, y en nuestra economía.
¿Como están respondiendo en España las Administraciones, organizaciones y las personas que formamos parte del ecosistema económico y social a este cambio de Era?
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Según el Informe “La Sociedad en Red. Transformación digital en España” , elaborado por el Observatorio Español de la Economía y la Sociedad Digital, ONTSI, que investiga el nivel de digitalización europeo a través del índice DESI (El índice se estructura en cinco dimensiones: conectividad, capital humano, uso de Internet, integración de la tecnología digital y servicios públicos digitales), destaca que España respecto a los países europeos se halla en la undécima posición. Las áreas a mejorar que señala el informe son: la capacitación digital de la población, la oferta de especialistas en TIC y la integración de tecnologías digitales por parte de las empresas.
La cuestión es que aún hay organizaciones y profesionales que ante la transformación digital y los movimientos geopolíticos, utilizan la técnica del avestruz, esconder la cabeza. Quizá por ignorancia, pensando que no va con ellos o que aun está lejos el día que les afecte. A ello hay que añadir otra dificultad, ya que a la hora de afrontar la revolución 4.0 se encuentran con una gran infoxicación (sobrecarga de información difícil de procesar) y por otra parte, en ocasiones se confunde el proceso de transformación digital con «unicamente» implementar herramientas tecnológicas. La digitalización no consiste, por poner un ejemplo, en crear una app o en implementar el big data en la empresa SIN TENER una ESTRATEGIA, estructura o conocimiento para ello. Por qué más importante que tener datos es saber analizarlos con un objetivo definido. No es una carrera de quién innova más o quién tiene más tecnología sino para qué se hace y si está alineada toda la organización.
Los Gobiernos y las organizaciones no pueden desconocer en qué consiste, sus consecuencias y las soluciones para seguir avanzando, (sin dejar a nadie en el camino) que requiere este cambio de Era. Los/as profesionales tenemos la responsabilidad de informarnos sobre lo que acontece en la economía, adquirir las competencias y la cualificación necesaria para afrontar esta Gran Ola Digital. Nuestra supervivencia y éxito profesional pasa por permanecer en una actualización constante y un aprendizaje continuo. Debemos estar preparados para surfear en este entorno VUCA.
La Transformación digital de las organizaciones es un proceso que tiene que proceder de un estudio previo donde se incorpore además de innovación y tecnologías, también un CAMBIO DE CULTURA EN LA ORGANIZACIÓN y NUEVAS METODOLOGÍAS DE TRABAJO.