Lo bueno de comenzar el año es que tenemos 365 días en blanco lleno de oportunidades. 365 días para diseñar el mapa de nuestro presente y nuestro futuro. Y todos empezamos desde la línea de salida.
Si bien es cierto que, hay personas que cuentan con más talentos o mayor preparación, no es excusa para que nosotros no comencemos a andar. En algún momento, ellos también iniciaron el camino. La clave es centrarnos en nosotros, no en los demás y si nos fijamos en ellos, que solo sea para tomar buen ejemplo y motivarnos.
Para diseñar “El mapa de mi futuro”, debemos detenernos a pensar sobre las preguntas esenciales de la vida ¿quién soy? ¿hacia donde voy? ¿Soy feliz con mi vida actual? Grandes cuestiones que se deben contestar con sinceridad, sin dejar entrar el autoengaño ni las justificaciones.
Para no quedarnos bloqueados con estas preguntas, podemos plantearnos otras más sencillas que nos ayudaran a encaminar nuestros pasos, y a realizar el análisis: ¿Quién soy (a nivel personal) y quién quiero ser?, quizá haya pasado mucho tiempo desde la última vez que te hiciste esa pregunta y hayas cambiado desde entonces. ¿Quién soy como profesional y hacia donde quiero dirigirme. Qué ofrezco. Cual es mi propuesta de valor actual y futura?. ¿Existen diferencias entre lo que soy y lo que querría ser, y entre los dos ámbitos (personal y profesional)?¿Cómo afecta el impacto de la tecnología y la globalización en mi actividad profesional?
Si se dispone de tiempo o se quiere realizar de manera más completa recomiendo utilizar el análisis DAFO personal (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), que también incluye los factores externos/análisis del entorno o el CANVAS de la empleabilidad (en otro post detallaré en qué consisten y cómo hacerlos). Pero consciente que muchas personas cuando ven esta metodología, desisten del intento, prefiero mostrar esta versión resumida y más sencilla.
Así que, si quieres reflexionar sobre tu mapa personal y profesional, busca un momento de soledad para dedicar tiempo a este autoanálisis. Responde a las preguntas centrándote en anotar los valores, actitudes, cualidades o fortalezas y debilidades. Cuánto más profundas y detalladas sean las respuestas, mejor será.